Diecinueve temporadas le contemplan en esto de formar parte de la elite del fútbol. Apareció en Londres siendo un niño y defendiendo la camiseta del Arsenal. Ahora, más maduro, hace lo propio en el Mónaco. Salvo en la presente campaña, su media de partidos rondaba los cincuenta partidos. Las lesiones le están jugando una mala pasada, pero en su cabeza está la de seguir jugando y disfrutando del fútbol.
Pregunta. No está siendo una temporada sencilla.
Respuesta. Las lesiones es lo que más afecta a un futbolista físicamente y mentalmente. No podemos jugar y eso nos afecta mucho. Ha tenido altibajos. Cuando ves que ya estás bien, te vienes arriba. Ves la luz al final del túnel y la motivación aparece. Te empiezas a sentir bien y te da fuerza para seguir. Tienes baches y recaídas, que te lo ponen difícil.
P. Pero el libro sigue abierto, ¿no?
R. Sí, sí, claro. Sé que han cambiado algunas cosas, pero a la que puedo entrenarme con mis compañeros, a los que a algunos saco quince años, no veo gran diferencia cuando me encuentro bien, así que positivo.
P. Le he visto en redes sociales recordando escenas del pasado?
R. No es por nada en especial. Te las mandan y las reposteas directamente: hace ilusión a veces mirar atrás y viene bien recordar cosas que has hecho o ver a qué nivel estabas para darte cuenta de que trabajando y haciendo las cosas bien, con disciplina, todo puedo ir mejor.
P. En ese recordar los que lo vemos nos damos cuenta de lo mucho y bien que Cesc Fábregas ha logrado.
R. Lo que has logrado si está bien o no será una cosa para dentro de quince o veinte años. Se lo podré contar a mis hijos y nietos y puedan estar orgullosos de ti. Es bonito haber formado parte de equipos históricos y haber podido ganar títulos tan importantes. Al final lo que da vida es el día a día y esto es lo que te hace sentirte bien o mal y no acordarte del…