Echando la vista atrás, podemos destacar la ausencia de algunas grandes formaciones africanas que no acudirán a Qatar para la 22ª edición de la Copa del Mundo.

Hay que empezar por Argelia, apodada “los Fennecs del desierto”. Ya ha participado en 4 finales de la Copa del Mundo (1982, 1986, 2010, 2014). Además, es la primera nación africana que ha participado en dos finales consecutivas. Riyad Marhez, del Manchester City, y Ali Bennacer, del AC Milan, son los dos jugadores estrella de esta formación.

Costa de Marfil, apodada “los Elefantes”, cuenta con muy buenos futbolistas como Serge Aurier (Villareal en España), Eric Bailly (Manchester United), Nicolas Pepe (Arsenal) y Sébastien Haller, actual segundo máximo goleador de la Liga de Campeones con 11 goles.

Egipto, apodado “los faraones”, y liderado por el delantero estrella del Liverpool, Mohammed Salah, es el primer equipo africano que ha participado en una fase final de la Copa Mundial, en 1934 en Italia, y de nuevo en 1990 en suelo italiano. Egipto también estuvo presente en 2018 en Rusia, y en cada ocasión fue eliminado en la primera ronda.

También está Nigeria, comúnmente conocida como las “superáguilas”, campeona olímpica en 1996 en Estados Unidos al derrotar a Brasil y Argentina, las dos grandes figuras del fútbol sudamericano durante estos juegos.

Un país con grandes jugadores de fútbol como Augustine Jay Jay Okocha, Daniel Amokachi, Sunday Oliseh, Tijani Babangida, Nwanko Kanu, por nombrar sólo algunos. Hoy en día, el fútbol nigeriano puede seguir contando con esta generación (Victor Osimhen del SsNapoli, Kelechi Iheanacho del Leicester City, Alex Iwobi del Everton y William Troost-Ekong del Watford United).