El Liverpool no pudo pasar del empate en Anfield Road el miércoles 13 de abril ante el Benfica, pero aun así se clasificó para la siguiente ronda tras ganar el partido de ida por 3-1 en el Estadio La Luz de Lisboa la semana pasada.
El entrenador alemán del Liverpool, Jürgen Klopp, aprovechó para rotar a su plantilla en el partido de vuelta, dejando incluso a varios jugadores clave (Sadio Mané, Mohammed Salah, Thiago Alcántara, Fabinho, Van Dick, Andrew Robertson y Trent Alexander-Arnold) en el banquillo. En el minuto 31 de juego, el joven central francés Ibrahima Konaté (22 años), que ya había marcado en el partido de ida, saltó más alto que nadie para introducir el balón en la red. Justo después de la media hora de juego, en el minuto 32, Gonzalo Ramos marcó el empate para los visitantes, un marcador que no varió hasta el descanso.
El marcador se mantuvo sin cambios hasta el descanso. Roberto Firmino, que había estado muy discreto en la primera parte, dio la ventaja a su equipo en el primer cuarto de hora de la segunda parte (56′) y luego su segundo gol del partido en el 65′. Con el 3-1, los de Liverpool pensaron que estaban tranquilos, pero vieron cómo los portugueses daban un vuelco espectacular, reduciendo primero el marcador (3-2) gracias a un gol del ucraniano Roman Yarenchuk en el minuto 73. Casi al final del partido, en el minuto 82, el delantero uruguayo del Benfica, Darwin Núñez, restableció el equilibrio. Fue un partido loco, lleno de giros y sorpresas.
El Liverpool y el Benfica jugaron un gran partido y los aficionados fueron mimados. Aunque el equipo lisboeta abandonó la competición tras este excepcional partido (3-3), salvó su honor.