A pesar de la creencia popular, Jackie Robinson no fue el primer jugador negro que disputó las Grandes Ligas de Béisbol. Ese honor le corresponde a Moses Fleetwood Walker, quien en 1884 lo haría con los Blue Stockings. Sin embargo, las malas experiencias que tuvo que sufrir por el color de su piel, unido a las continuas lesiones hicieron que su carrera fuera más bien corta e intrascendental.
Antes incluso que Fleetwood Walker Bud Fowler fue, en los años 70, el primer jugador negro que jugaba en una liga de béisbol dominada por gente de raza blanca.
Pero fue Jackie Robinson quien consiguió cambiar la historia. Porque él sí se consolidó como jugado de la MLB. Porque él trascendió. Y no lo tuvo nada sencillo. Por eso, hoy día, 75 años después de su irrupción, sigue siendo recordado.
Un atleta superdotado
Nacido en Cairo, Georgia, Estados Unidos, el 31 de enero de 1919, Jack Roosevelt Robinson era nieto de esclavos. El pequeño de seis hermanos, tuvo una infancia muy complicada después de ser abandonados por su padre. La madre decidió mudarse a Pasadena, California, en busca de trabajo. Allí tuvieron que sufrir en mayor medida la discriminación racial.
Jackie Robinson encontró en el deporte su mejor refugio. Y descubrió que estaba más que capacitado para ello. Brillaba en cualquier actividad que se propusiera. Tanto, que terminaría siendo becado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Formaría parte del equipo universitario de baloncesto, de fútbol americano, de béisbol, y de atletismo.
Era este último el que más llamaba la atención del…