Cuando Joe Foster fundó la compañía de tenis Reebok no imaginó que serían las mujeres y la calle los principales ingredientes para hacer que su marca tuviera éxito.
Si bien la clave de su desarrollo fue la conquista del mercado de Estados Unidos, la empresa tuvo que aprender a sobrevivir al tiempo y las fusiones para lograr su resurgimiento, hoy su mercado vale 3 mil millones de dólares, pero con su nuevo auge, superará el triple de su valor al final de la década, asegura en entrevista con MILENIO el fundador superviviente de la marca y quien acaba de publicar el libro Crea Sneakers: Cómo crear una marca Global.
¿Qué tan importante es México, y Latinoamérica para Reebok como marca global?
Hice un arreglo con Paul Fireman en Estados Unidos, porque quería como un hombre británico, entrar a Estados Unidos, ese es un mercado grande. Eso nos haría grandes, y así sucedió. Pero cuando hice este acuerdo, él también quería tener Canadá y México.
Una vez que logramos entrar a Estados Unidos, mi trabajo fue sencillo. Todo el mundo quería un pedazo de Reebok, especialmente las mujeres. Se convirtió en una compañía para mujeres con los aerobics y eso fue muy bueno.
¿Cuáles fueron las tres lecciones que aprendiste de Reebok?
Una de las cosas más importantes es conseguir la gente adecuada. Si vas a dirigir una empresa tienes que contar con mucha gente buena y escucharla.
Otra cosa es divertirse, disfrutarlo. Si no será difícil. Cuando Jeff y yo empezamos éramos jóvenes, estábamos en nuestros 20. Éramos invencibles. Decíamos: ¿qué puede salir mal?… Pero sale.
Luego tienes que aprender muy rápido a manejar problemas y convertirlos en ventajas.
Así que, espera lo peor, prepárate y disfruta.
¿Cómo conocer al ‘cliente’ cuando tienes una marca global? ¿Los clientes son iguales?
No, nadie es igual. Pero cuando entregas una marca y ves que lo que tiene la gente es imaginación para esa marca. Y entusiasmo, si propagas el…