La victoria por 6-1 de Portugal sobre Suiza en los octavos de final de la Copa Mundial de la FIFA disputada el viernes en Qatar envió un mensaje contundente a la comunidad futbolística mundial. Un éxito logrado mientras su megaestrella Cristiano Ronaldo estaba en el banquillo y sólo entró en juego en el último cuarto, cuando el partido ya estaba decidido (5-1). Con esta clase magistral, los portugueses enviaron una señal clara y reforzaron su condición de aspirantes al título.
Aunque se esperaba que Cristiano Ronaldo jugara, fue Gonzalo Ramos quien se convirtió en el héroe, al marcar un triplete y dar una asistencia. Desde que el húngaro Florian Albert marcó contra Bulgaria en 1962, ningún jugador tan joven (21 años) había logrado semejante hazaña en un Mundial.
Además, marcó los tres primeros goles de su carrera con Portugal, uniéndose al brasileño Richarlisson y al inglés Marcus Rashford, que también anotaron tres tantos en la competición, como segundos máximos goleadores del mundo.
Joao Félix también marcó por partida doble, al igual que Pepe, Raphael Guereiro y Rafael Leao, cada uno de los cuales anotó un gol.
El gol de Akanji para la Nati fue de poca monta.
Portugal logró la segunda mayor goleada en la fase eliminatoria del Mundial tras el Brasil-Alemania (1-7) de 2014.
Portugal competirá el sábado por un puesto en las semifinales de la Copa Mundial de Qatar contra Marruecos. El ganador de ese partido se enfrentará al vencedor del clásico Francia-Inglaterra, también previsto para el sábado.
Los cuartos de final comenzarán el viernes con el apasionante Brasil-Croacia (10:00) y el explosivo Argentina-Holanda (14:00).